martes, 23 de junio de 2015

Razón #1 por la que no tenemos lo que queremos

Como sabiamente dice una canción de los ochentas, "todos están buscando algo", sin embargo ¿a cuántos conoces que lo hayan encontrado?
Si estás leyendo este artículo, es muy probable que tú ya seas consciente de que estas en este mundo para lograr algo, entonces te pido que tomes unos segundo para reflexionar y respondas la siguiente pregunta ¿qué es lo que quiero? Parece una pregunta simple, común y corriente, pero la mayoría de las personas tienen dificultad para responderla de manera adecuada.
Puede que te cuestiones ¿por qué es importante responder esta pregunta que aparentemente tiene tan poca trascendencia? Y la razón es simple, aunque es una información no apta para cualquiera, si te sientes preparado o preparada te lo puedo decir, aunque si prefieres permanecer en la seguridad que brinda el desconocer este conocimiento, será mejor que dejes de leer en este momento... Pues bueno esa información tan celosamente guardada es que ... La vida te va a dar lo que tú le pidas y todo lo que creas merecer. 

"TONTERIAS" puede ser la respuesta de algunos, mismos que dirán ¿claro que la vida no te da lo que le pidas? Y lo único que hará el universo con esas personas es concedérselo y adivina que obtendrán, ¡exacto! Una vida que les negara lo que quieren o que los hará batallar para orne ello. 
Tal vez puedes pensar, "esto suena demasiado maravilloso para ser cierto,  como si la vida fuera un genio que concede deseos" y te diré algo, la vida SI es como un genio que concede deseos, es como aquel hombre que se encontró una lámpara mágica y pidió "¡quiero ser rico!" Y el genio de la lámpara lo convirtió en un pastel de chocolate.

El universo actúa igual, te va a dar lo que le pidas y te llevara a donde quieras, pero si no eres específico, no siempre te va a dar las cosas de la forma en la que tú esperas, y te pasara como al hombre pastel.

Ahora respóndete la siguiente pregunta ¿lo que quiero es lo suficientemente claro para prevenir que me salga el tiro por la culata? "Ser feliz" es la respuesta más hermosa, positiva, encantadora, popular y terriblemente vaga que muchas personas dan cuando se les cuestiona sobre lo que quieren. Pero ¿por qué  es tan terrible esta respuesta? Porque ni siquiera tenemos claro que significa ser feliz, entonces cuando se lo pidas al universo, no va a saber con exactitud a que te refieres, y por consecuencia se te considera de una forma inadecuada, por ejemplo, puede ser que el universo piense "ser feliz es, estar a gusto, cómodo" suena bien ¿no? Pues adivina que, una persona que siempre ha vivido rodeada de violencia, en ninguna situación se va a sentir más cómoda y más en su ambiente natural que cuando este rodeada de violencia.

NO SABEMOS LO QUE QUEREMOS  esa es la principal razón por la que no tenemos lo que queremos,  como es posible que llegues a tu destino si ni siquiera tienes claro cuál es. Nunca nos enseñaron a reflexionar y dejar claro aquello que deseamos lograr y cuando somos grandes nos aferramos a ese hábito obteniendo siempre los mismos resultados.

Si no sabemos pedir con claridad no podemos tener el cinismo para quejarnos por no tener lo que esperamos, sería como aquella persona que cuando le preguntan qué regalo de cumpleaños quiere, simplemente dice "lo que sea" o "lo que te nazca" y al final termina molesto porque no le gusto lo que le dieron, así como a esa persona, la vida te dirá cuando te molestes por no obtener lo que te gusta  "pues ahora te aguantas"

Existen muchas formas en las que la falta de claridad nos puede afectar, a continuación se mencionan algunos ejemplos:
·        Hay quienes confunden el camino con el objetivo, y se preocupan más por mantenerse en el sendero que consideran adecuado, aunque esté los aleje cada vez mas de su verdadero deseo, como quienes desean una familia feliz y creen que aferrarse ciegamente a una persona es la forma correcta de lograrla aunque esta obstinación solo genere más y más infelicidad en la familia.
·        Hay otras personas que confunde lo que quieren con lo que los demás quieren que quieran, y terminan en una situación tanto o más confusa que la frase anterior, con la dificultad de no saber si lo que buscan es porque en verdad lo desean o si es porque les dijeron que lo tenían que desear.
·        En ocasiones el conflicto es interno, una parte de nosotros quiere algo pero otra desea lo opuesto, y  esto también hace difícil responder la primera pregunta de este artículo. Nuestras emociones, pensamientos, costumbres, creencias, necesidades etcétera, no siempre van a estar de acuerdo pero esto no es excusa para no poner nuestra mente en orden, porque si no tenemos control de nosotros mismos olvidémonos de tener cualquier tipo de control. 
·        Otras personas se arrepienten a mitad del camino como quienes piden en una oración "líbranos de todo mal" y cuando  el universo escucha su plegaria y responde haciendo que su pareja (que en verdad es una pareja tóxica) los abandone por alguien más, lo que hacen en lugar de agradecer que se cumplió su petición, es suplicar que se quede a ese "mal" que ellos cariñosamente llaman "mi amor".

Como vemos nos es algo fácil definir qué es lo que verdaderamente queremos, y en ocasiones ni siquiera es fácil recibirlo, pero aquí dejo un ejercicio en forma de preguntas para que las respondas, si lo que deseas es tener un poco más de claridad para alcanzar tus metas:
·        ¿Qué es lo que quiero?
·        ¿Cuándo lo quiero?
·        ¿Cómo quiero que llegue?
·        ¿Cómo me voy a sentir cuando lo obtenga?
·        ¿Cómo me voy a comportar cuando lo obtenga?
·        ¿Qué tanto trabajo me va a costar?
·        ¿Qué estoy dispuest@ a dar a cambio?
Es importante empezar a actuar si queremos lograr algo y no hay mejor acción para empezar con el pie derecho que aclarando nuestras ideas.

Fernando Pineda
Lic. En psicología

lunes, 8 de junio de 2015

¿Es normal que tu hijo diga mentiras?

A nadie nos gusta aceptar que nuestros hijos pueden llegar a actuar de manera inadecuada, y cuando el angelito de la casa empieza a decir cosas que faltan a la verdad una y otra vez, es difícil no sentir frustración.

Tampoco es raro que esto genere en el pecho del adulto confusión o miedo, en especial cuando la mentira es evidente o cuando sin importar que lo hayan descubierto, se aferra a que lo que dice es la verdad.
Para algunos progenitores es hasta cierto punto cómodo creer que estan frente a una personita chantajista. Hay algunos otros que bajo la sombra del miedo, pueden sospechar que algo esta fallando en el pequeño "tal vez se le descompuso algo" por lo que la única persona que esta haciendo algo mal y la única que tiene responsabilidad de solucionarlo es el pequeñín.

"Por mi culpa por mi culpa" es el mantra de algunos otros, que a diferencia de los anteriores, no le avientan la pelota de la responsabilidad a otros, y prefieren vivir con el temor de haber cometido un gran error que ahora hace que sus hijos sean unos "mentirositos".

Y no hay que olvidar un tercer grupo, que opinan que es algo totalmente normal, "digo, al final de cuentas todos mentimos ¿que no? No tiene nada de malo aprender desde chiquillos".

Pero quien tiene la razón? Puede ser que todos, puede ser que ninguno. Lo primero que tenemos que entender es que hay muchas razones que nos motivan a TODOS a decir mentiras, y en el caso de los niños no es diferente.

También debemos saber que hay diferentes tipos de mentira, y conocerlos nos ayudara actuar de la manera más adecuada.

¿Las mentiras pueden llegar a ser algo normal?

No tiene nada de malo que te imagines que vives en una mansión o que te codeas con celebridades a diario, pero si empiezas a hablar de ello como si fuera cierto con tus compañeros de trabajo, puede ser que empiecen a pensar cosas pésimas de ti. Es normal que los niños más pequeños aun no sepan delimitar sus deseos de la realidad, por lo menos al momento de expresarlos, por lo que en algunos casos de niños menores de 6 o 5 años es natural que digan mentiras, que en su mayoría son bastante obvias, en estos casos no hay mucho que hacer, ya que es un proceso natural del desarrollo, aunque como en todo hay que evitar los extremos, ni humillarlos por decir mentiras, ni enaltecerle de mas su gran imaginación y falta de límites.

Dejando a un lado las inocentes mentiras de los más jóvenes, o las esporádicas faltas a la verdad de algunos niños y niñas, cuando se dicen mentiras con bastante frecuencia, para causar un daño o para evadir responsabilidades, realmente estamos frente a un iceberg donde la mentira es solo la punta, solo es la señal que nos indica que el verdadero peso del problema se encuentra por debajo de estas mentiras superficiales.

Tipos de mentiras: Mentiras Funcionales

Las mentiras funcionales son las más comunes, tanto que incluso en los adultos se presentan con bastante frecuencia, como su nombre lo indica son aquellas que tienen alguna función, como evitar un castigo "yo no le pegue a mi hermanito" , conseguir un premio "hoy fui el que mas participio en clase" o hacer daño a otros "yo vi que Rosita agarro el lápiz de Ana".

No porque sean las más comunes significa que no debamos atenderlas, ya que nos indican que aun no se ha desarrollado bien el sentido de responsabilidad o de respeto, y si las solapamos estaremos fomentando sus habilidades deshonestas y manipuladoras.

En estos casos simplemente se deben reprender con firmeza (lo cual es MUY diferente a reprender con enojo, gritos, golpes o ridiculizando ). Pero lo mas importante de todo es que el menor no debe ver ningún beneficio de su mentira y en caso de ya haberlo obtenido lo debe perder.

Tipos de mentiras: Compensatorias

Imagina a un niño que le dice a sus amigos que su papá lo llevará al parque, aunque sabe bien que su padre ha fallecido, este es un ejemplo de una mentira compensatoria, son aquellas que son evidentes y que no proporcionan ningún beneficio evidente. Surgen cuando existe una carencia real en la vida del niño o niña y lo que hace es tratar de compensarla en la imaginación.

En algunos casos de pérdidas recientes, es hasta cierto punto normal que se presenten por un tiempo, pero en la mayoría de los casos son un indicador de una seria carencia, casi siempre de tipo afectiva. Lo que se puede hacer en estos casos es escuchar la "mentira" y verla como un mensaje que nos indica lo que está faltando. En caso de poder cubrir esta necesidad, lo ideal es hacerlo, en el caso contrario, solo podemos acompañar al pequeño o la pequeña en el proceso de aceptación y adaptación.

Tipos de mentiras: Mentiras por compulsión

Cuando las mentiras se vuelven abrumadoramente frecuentes, descaradas, ilógicas u obstinadas, cuando parece que la mentira ya es algo involuntario, puede que nos estemos enfrentando a un descontrol mayor que puede ir desde un total desajuste social hasta una percepción deteriorada de la realidad, en estos casos lo ideal es recurrir a la ayuda de un experto, aunque seguir algunas de las recomendaciones de los puntos anteriores puede ser un buen complemento.

los buenos padres no son aquellos que dan la apariencia de tener hijos perfectos, que nunca hacen nada fuera de lo normal, sino aquellos que observan y aprenden de lo que los niños hacen para de esa forma ayudarles en su crecimiento. Así que la próxima vez que tengas oportunidad de escuchar alguna mentira, puedes ir más allá de ignorarla y puedes tratar de identificar que verdad esta encubriendo esa mascara.




Luis Fernando Pineda Vidrio
Lic. En Psicología