Tener una pareja puede ser una experiencia bastante gratificante, sin
embargo hasta las rosas tienen espinas, e incluso algo tan satisfactorio como
una pareja tiene su lado amargo: las discusiones.
Cuando nos embarcamos en una relación nueva lo último que pensamos es
que tarde o temprano se presentará el fantasma de los desacuerdos, y cuando
llega este momento, nos aterra, ya que estamos programados para verlo como algo
indeseable, pues lo ligamos directamente a la pérdida del afecto o lo consideramos
un mensajero que viene a predecir que el fin de la se acerca.
Estas ideas son ideales cuando hablamos de telenovelas o películas dramáticas,
pero en la vida real, ver las discusiones de esta forma nos puede acarrear
estancamiento personal, de pareja y encerrándonos
en círculos viciosos de inmadurez y dolor.
Discusión y Pelea cosas muy diferentes
Antes que nada es necesario entender la diferencia entre discutir y
pelear, ya que para muchas personas son sinónimos, pero decir que discutir y
pelear son lo mismo, sería como decir que el cuchillo de un asesino y el bisturí
de un cirujano son lo mismo porque ambos sirven para cortar.
Discusión es una intercambio de ideas que dos o más personas realizan
cuando tienen un desacuerdo, la discusión tiene como objetivo llegar a una
solución, expresando y escuchando los puntos de vista del otro, para que el resultad
final sea lo más satisfactorio posible para ambos. Por otro lado una pelea es
una competencia, es una lucha, donde el objetivo es vencer al rival, en una
pelea cada comentario es una agresión y por lo tanto se debe descalificar todo
lo que el otro diga, además no se busca llegar a un acuerdo, se busca ganar. En
una pelea solo puede haber un vencedor, y todos buscan salir victoriosos sin
importar que se le haga daño al otro, y esto lo justifican pensando "te
hice daño, solo porque tú me hiciste daño primero".
Las discusiones no solamente son algo natural en las parejas
(y en todas las relaciones) sino que son necesarias, a diferencia de las
peleas.
Discutir es una habilidad que se aprende
Discutiendo adecuadamente no solo se llegan a superar las diferencias sanamente
que cada desacuerdo resuelto vuelve más fuerte y madura a la pareja.
Lamentablemente, el miedo que tenemos a discutir nos hace evitarlas si
algo no nos parece nos quedamos callados, justificándonos diciendo " no
quiero pelear y si le digo algo vamos a terminar peleados". El problema es
que, las cosas no quedan ahí, si no compartimos lo que nos desagrada y no
llegamos a acuerdos con la pareja sobre cómo solucionarlo, esa misma situación
se repetirá, 2 veces, 5 veces, 10 veces y las veces que sean necesarias... pero
¿Necesarias para qué? necesarias para que explote la incomodidad, convirtiéndose
en una verdadera pelea. Es de esta forma que queriendo evitar pelear,
terminamos haciéndolo.
En otros casos, especialmente cuando la relación ya se ha
deteriorado, pasamos directamente pelear y estamos listos para atacar a
la menor provocación, como si estuviéramos tratando con un enemigo, y
no con la persona a la que decimos querer.
Ofrecer indicadores y marcadores para una buena discucion
Algunos de los puntos que puedes seguir para aprender a tener buenas discusiones
que terminen en acuerdos y no en peleas son los siguientes.
1. Acuerdo de no agresión: Si te das cuenta de
que tu relación ya se basa en peleas o si quieres evitar que
esto suceda, lo primero es realizar un compromiso explícito de no agresión con
tu pareja, un ejemplo de esto es: "Yo estoy en esta relación porque te
quiero, prometo que nunca será mi intención lastimarte y si en algún momento
sientes alguna agresión de mi parte, por favor recuerda que no es mi intención y házmelo saber
para tratar de solucionarlo, así como si alguna vez me siento agredido@ por ti,
recordare que tu no deseas herirme, por lo que trataré de actuar con comprensión"
este acuerdo es importante para evitar que por malos entendidos agredas a tu pareja
y que en respuesta ella te agreda a ti, construyendo así el circulo vicioso de
la pelea.
2. No discutir estando enojados: Así como hay
personas que huyen de las discusiones hay quienes quieren hablar y tratar
de "solucionar las cosas " incluso cuando no es el momento indicado.
A menos de que tengas excelente control emocional, debes evitar discutir
cuando, en la pareja alguno de los dos este molesto, ya que el enojo (así como
todas las emociones) afecta la percepción, por lo que si están enojados será más
fácil que perciban los comentarios de la otra persona como una agresión, lo que
propicia el nacimiento de riñas. es recomendable que se alejen si saben que
alguno de los dos o ambos tienen dificultad para controlar sus emociones para
darse tiempo de "enfriar la cabeza" antes de segur intentando llegar
a soluciones.
3. Busca soluciones: en la mayoría de las discusiones mal
hechas, la conversación se basa en señalar (generalmente señalar lo que el otro
hizo mal). Por lo que es importante que si notas que se están enfrascados en
señalar errores, contrarrestes esto pidiendo u ofreciendo soluciones, con
frases como "todo lo que dices es muy importante, y ya lo hemos hablado,
ahora es tiempo de que busquemos soluciones, yo propongo que ... ¿Tú que
propones?"
4. Saber cuándo es tiempo de tomarse un descanso: Aunque una discusión
se maneje adecuadamente, existirán veces en las que no se pueda llegar a una solución
satisfactoria, por lo que es imperante que identifiques en que momento se
estanca, para que la pauses, te des un tiempo de reflexión y la retomes en otro
momento. Cuando estén mas descansados y después de pensar en lo ocurrido será más fácil resolver
la situación.
5. Saber que no todo es blanco o negro: Un error común al
querer construir soluciones es pensar que uno de los dos debe tener la razón:
"se hace lo que yo digo o lo que tú dices". Pero una solucion ideal
es aquella en la que ambos tienen razón, donde ambos ganan, por ejemplo si la discusión
se debe a que uno quiere comer chocolate
y el otro desea helado, una
solucion ideal seria: "comemos helado de chocolate" o "comemos nieve
con chocolate encima" o "comemos poquita nieve y poquito
chocolate" etc. etc. lo importante es no enfrascarse pensando que solo hay
dos opciones.
En teoría esto suena muy fácil, sin embargo requiere un gran nivel de
madurez poder llegar a ser expertos en conciliar y resolver diferencias con la
pareja, y muy probablemente te equivocarás varias veces en el camino,
pero esto es normal, nadie nace siendo experto, si te resulta difícil hacer las
cosas de manera correcta o si te equivocas solo deber recordar que esos
tropiezos son aprendizajes y hay que seguir intentando, porque no importa cuántas
veces te caigas de la bicicleta, si lo sigues intentando tarde o temprano lo harás
bien. Además siempre hay profesionales dispuestos facilitarte este proceso.
Psic. Fernando Pineda
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