lunes, 14 de septiembre de 2015

Modelo Autoritario

Estilo disciplinario
"en esta casa existen reglas y se respetan"
Es el modelo más clásico, aquel en el que uno o ambos padres llevan el control total de la casa, guiándose por valores universales que son inmutables. En estas familias se valoran mucho el orden, la disciplina y la obediencia.

Cuando se aplica equilibradamente:

Si este estilo se acompaña de comprensión y cariño, es excelente para formar lo que conocemos como "gente de bien", es decir personas con altos estándares morales, que luchan por ser ciudadanos honrados y sobresalientes. Puede brindar esa estabilidad tan deseada en una sociedad tan cambiante como la nuestra. Puede producir personas que respeten y hagan respetar las reglas de convivencias, y que estén comprometidas consigo mismas, contando con armas sumamente valiosas como la disciplina y la constancia. 

Cuando se lleva al extremo se convierte en el modelo autoritario:
La inconformidad o la sumisión patológica son la norma en este modelo, los hijos se ven atrapados en un juego donde hagan lo que hagan salen perdiendo, si obedecen a sus padres tendrán que sacrificar sus deseos e individualidad, convirtiéndose en autómatas que solo buscan satisfacer las exigencias de su creador, en el caso que decidan ser congruentes consigo mismos y manifestar sus sueños y deseos, se convierten en poco menos que demonios que sufren la constante ira de sus progenitores.

El rechazo al modelo familiar lleva a los hijos a comportamientos que reten las reglas y valores que sustentan a  su familia, lo cual produce en los padres una reacción de desapruebo y castigo, muchas veces acompañado de violencia psicológica e incluso física, lo que no hace más que exacerbar el repudio hacia el modelo, generándose de esta forma un círculo vicioso que va escalando hasta límites realmente dañinos donde los miembros de la familia terminan lastimando a los otros y a sí mismos.

Cuando los hijos terminan sometidos a los deseos de sus padres, es común que se vuelvan personas poco tolerantes, repitiendo los mismos patrones de rechazo con los que los criaron, en ocasiones viviendo vidas dobles y manteniendo una doble moral, o en su defecto, viven presos de trastornos conversivos, es decir, enfermedades físicas con causas psicológicas.

Cuando los hijos se mantienen firmes en rechazar a la figura de autoridad, se enfrascan en ir en contra de los valores impuestos en sus hogares, mientras viven un ambiente familiar caracterizado por la violencia y el resentimiento. En los casos más graves pueden desarrollar trastornos conductuales o de la personalidad caracterizada por acciones que dañan a otros o a sí mismo.  

Conclusión:

Los humanos somos seres de reglas, y la convivencia se vuelve más armoniosa cuando desde pequeños se nos enseña, a través de consecuencias a seguirlas y respetarlas. Sin embargo cuando el seguimiento de las normas se vuelve más importante que el bienestar, la dignidad o el cariño, lo único que podemos esperar es la destrucción del espíritu humano. 


Si gustas revisar los otros modelos para aprender un poco de ellos, aquí está el link para el articulo principal. Y no olvides subscribirte a Facebook y YouTube para recibir más trabajos así. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario