"somos amigos"
Son bastante comunes entre quienes desean crecer como padres. Se trata
de aquellas familias donde todos tienen voz y voto, los padres desean que sus
hijos crezcan en un ambiente de comprensión y entendimiento. Se intenta evitar
al máximo las discusiones o las imposiciones, ya que la armonía y la paz
familiar son la meta final, y para esto se busca llegar siempre a un acuerdo
Cuando se maneja equilibradamente:
Podemos generar hijos con suma responsabilidad social, hijos
comprensivos y que busquen el bienestar de los demás. Los niños que crecen en
una casa equilibrada con este tipo de educación pueden ser excelentes para
conciliar conflictos, respetando los puntos de vista de todas las partes
involucradas. También es común que se desarrolle el deseo en los hijos de ser
mejores como personas y estar al tanto de su desarrollo personal, siendo
capaces de tener confianza en sí mismos y en los demás. Las habilidades
sociales se pueden desarrollar de manera muy positiva, generando líderes y
personas con facilidad para relacionarse con otros.
Cuando se lleva al extremo se convierte en el modelo Democrático-Permisivo
Si no se tiene cuidado los hijos en este modelo pueden descubrir que
tienen mayores posibilidades de obtener lo que quieren, si obstruye los
acuerdos familiares o si se opone a lo que los padres dicen. Las reglas
se pueden convertir en una burla que todos manejan a su conveniencia. Lo más
importante es que se pierden las jerarquías dentro de la familia, ya que se les
da a los hijos un poder similar al de los padres a pesar de que aún no tengan
la madurez para utilizarlo de manera correcta. En lo padres se puede generar un
gran miedo de estar haciendo las cosas mal, lo cual a la vez los incapacita y
permite que los hijos sigan haciendo lo que quieran aunque esto les haga daño.
En algunos casos con tal de "comprender" a sus hijos y así evitar la
tan temidas confrontaciones, los padres tratan de ganarse la simpatía de sus
hijos, buscando ser sus amigos, lo que los hace perder aún más sus capacidades
como padres para orientarlos hacia el buen camino.
Como consecuencia tenemos a hijos que no encuentran en sus padres una
figura estable y tranquilizadora, no hay nadie que les ayude a comprender lo
bueno y lo malo, y no tienes la estabilidad que todos necesitamos en las
primeras etapas de la vida, generalmente esto se convierte en rechazo hacia los
padres y rebeldías, en algunos casos llegando a producir psicopatologías
relacionadas con la ansiedad como obsesiones, fobias trastornos alimenticios,
etc.
Conclusión:
Este puede ser el camino que te lleve a tener una relación excelente con
tus hijos, siempre y cuando nunca olvides que ellos necesitan a alguien que los
guie, y que les haga saber cuándo están equivocados. Ya tendrás oportunidad de
ser amigo/a de tus hijos cuando ellos sean adultos y sepan cuidarse a sí mismos,
pero si quieres ser su amigo/a cuando lo que necesitan es un/a padre/madre,
solamente los estarás dejando huérfanos.
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