"lo hago por ti, porque te quiero"
Este modelo está caracterizado por aquellos padres y madres que buscan
apoyar a sus hijos en todo, desean que tengan lo mejor, y procuran brindarles
todo lo que creen necesario para su desarrollo. Estos padres son los típicos a
los que se les rompe el corazón cuando ven a sus hijos llorar o frustrados, por
lo que no dudan en resolver sus problemas o incomodidades.
Si se maneja de
manera equilibrado:
Estas familias pueden generar hijos que se sientan seguros y con
autoestimas muy positivas. Pueden producir adultos que busquen el bienestar
propio sin dudar en recibir ayuda de otros. También se pueden generar
hijos con buenas capacidades sociales que procuren el éxito.
Cuando se lleva al
extremo se convierte en modelo hiper-protector:
Se caracteriza por la pérdida de la autoridad de los padres, quienes son
incapaces de impartir consecuencias punitivas o frustrantes para el niño, a
quien se le enseña a no afrontar aquellas situaciones que se consideran
desagradables. Se intenta implementar reglas de conducta, pero los padres
no son capaces de mantenerlas.
Cada vez que los padres están ahí para resolverle la vida a sus hijos,
es para demostrarle el cariño que le tienen, pero a la vez le están dando el
mensaje " Tú no puedes hacerlo y por eso lo hago yo; tú no eres
capaz"
La mayoría de los chicos y chicas que crecen en este modelo terminan
cediendo ante la comodidad que ofrecen los padres, convirtiéndose en personas
"inútiles" que no pueden valerse por sí mismos, buscando personas a
quienes parasitar, frustrándose y reaccionando de forma agresiva cuando los que
le rodean no seden ante sus exigencias. En algunos pocos casos en los que los
hijos desean buscar su autonomía, tienden a alejarse de sus padres, pues
sienten que los asfixian, volviéndose rebeldes y distantes, en ocasiones
cometiendo actos dañinos con tal de ir en contra de lo que sus padres desean
para ellos.
Conclusión:
Este es el modelos más común de la actualidad y puede llegar a ser la
cuna de una gran sociedad siempre y cuando se maneje con cuidado y que los
padres no olviden que ser firmes es la parte más difícil de educar a los hijos,
y por eso, si realmente los queremos sabremos ponerles limites, ya que si no
impartimos reglas, solo porque nos duele verlos "sufrir", en lugar de
demostrar amor lo que estamos demostrando es egoísmo, pues estamos haciendo
algo que los afecta con tal de no sentirnos mal.
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