viernes, 4 de septiembre de 2015

¿Qué hacer cuando el acné no se me quita con nada?



Todos hemos padecido erupciones cutáneas, algunos con mayor intensidad que otros, de cualquier forma es una experiencia poco grata, para esos casos sobran los remedios caseros y farmacéuticos, sin embargo hay personas para quienes estas soluciones son de poca ayuda, en estas situaciones tal vez la solución está en otras partes, y sobre eso hablare en el artículo de hoy. 

Antes de abordar de lleno el tema de este articulo me gustaría dejar en claro que nuestro cuerpo y mente están íntimamente relacionados, lo que pase en uno afecta al otro, por ejemplo si tienes miedo, tu cuerpo lo expresa, con palpitaciones aceleradas del corazón, tus pupilas se dilatan, tu piel palidece, etc. Hasta cierto punto se puede afirmar que tus emociones hablan a través de tu cuerpo. Esto se debe a que las emociones pueden afectar el sistema nervioso autónomo, el sistema endocrino y el sistema inmunológico. 

Hay momentos en nuestra vida en los que se producen pensamientos y emociones desagradables, que no podemos expresar, ni siquiera a nosotros mismos. Sin embargo, cuando no queremos hablar o reconocer cosas que son importantes, nuestra mente puede echar mano del cuerpo para expresar que algo no anda bien.

Cuando tenemos un padecimiento físico como el acné, siempre es recomendable atender las causas biológicas primero, si no se resuelven con estos métodos, se le da cierta prioridad a las causas psicológicas. Si bien esto es lo recomendable, debemos tener en cuenta que TODA enfermedad (incluyendo el acné) tiene una parte bilógica y una psicológica, por lo cual aunque nuestro padecimiento tenga mayor peso biológico, no debemos descuidar el aspecto mental y emocional, y lo mismo aplica en el caso inverso.

Si observamos que el acné se reúsa a irse, es porque tiene algo que decirnos o representa algo que debemos resolver, este mensaje puede variar de una persona a otra, pero aquí te comparto algunas de las razones más habituales.

Inseguridad física: Si te consideras  una persona fea, tu cuerpo no hará más que satisfacer tu deseo, lo mismo pasa con el embarazo psicológico, en el cual, el cuerpo presenta síntomas de embarazo porque la persona cree estarlo. Este tipo de creencias genera estrés, lo que agrava el problema de acné.

Culpabilidad: Generalmente en términos sexuales. Cuando hacemos, pensamos o sentimos algo que una parte de nosotros considera reprobable, nuestro cuerpo puede hacer cosas para castigarnos. 

Inseguridad social: Aquí tu piel está diciendo "aléjate de mí" cuando alguna parte de nosotros tiene miedo o no desea relacionarse con los demás, el acné puede fungir como un repelente.

Necesidad de afecto: En ocasiones alguna parte de nosotros necesita cariño, necesita ser acariciado, ser tomado en cuenta, y algunas afecciones  dermatológicas son una forma de demandar afecto.

Estos son solo algunos ejemplos, pero la persona que tiene mayor acceso a lo que pasa en nuestra mente es uno mismo,  así que cada quien debe descubrir que es lo que realmente está pasando en su caso particular.

Cuando se presentan conflictos internos, en los que una parte de la mente piensa o siente algo, y otra parte oculta opina lo contrario, es cuando esa parte oculta expresa a través del cuerpo, lo que no se le permite expresar abiertamente.

Muchas veces, lo único que esa parte oculta necesita es ser escuchada, que le des voz, que reconozcas que existe, tal vez si lo haces, esa parte de ti ya no tenga la necesidad de gritar a través de la piel.

Te compartiré un ejercicio simple para intentar dialogar con ese aspecto tuyo, para esto deberás estar en un lugar tranquilo en el que te sea fácil relajarte, esto es necesario para acallar la parte consciente que se niega a escuchar a tu lado oculto. Solamente quiero mencionar que este tipo de ejercicios no funcionan para todas las personas si consideras que puede funcionar para ti, te invito a que lo realices, si no es así, o no te gustan ese tipo de actividades, no te preocupes, existen muchas otras formas en las que se te puede apoyar.

Colócate en una posición confortable (no demasiado, ya que te puedes quedar dormido/a), sentarte en un sillón cómodo es buena opción.
Puedes poner música relajante, de preferencia sin letra.
Cierra los ojos y concéntrate en tu respiración, trata de respirar profundo, llenando tú estomago de aire y no solo tu pecho, hazlo un par de minutos o el tiempo que consideres adecuado.
Concéntrate en todo lo que escuchas, pon total atención a cada sonido que hay en el ambiente por mínimo que sea.
Al terminar de escuchar haz lo mismo con lo que percibe tu piel, vuélvete consciente de cada centímetro de tu piel, siente la presión de tu cuerpo, temperatura, el peso de tu ropa,  texturas, el viento, en fin presta atención a todo lo que percibes con el tacto.
Cuando te encuentres listo/a para el siguiente paso, imagínate en un espejo, y visualiza tu reflejo habla contigo de  esa parte oculta de ti que es la causante de ese acné.
Confróntate confiadamente y sin temor a tocar esos temas que te resulten desagradables, recuerda que eres tú y estás aceptándote con errores y virtudes, pregúntale a tu reflejo: ¿Qué es lo que te quiere decir? ¿Qué necesita? 
Si te es posible conversa con él y trata de comprenderle, intenta llegar a un acuerdo.
Por ultimo despídete y agradécele. Cuando te sientas listo/a puedes abrir los ojos
Puedes repetir este ejercicio las veces que consideres necesarias.

Como lo mencione antes, a algunas personas se les facilita de sobre manera estas actividades, si lo intentaste y no te resulto como esperabas, puedes volver a intentar en otro momento, a veces, es solo cuestión de práctica.  Si te sentiste incomoda/o no te apetece realizarla, no hay ningún problema, hay muchas alternativas que te pueden servir. 

Aunque la apariencia física no es lo más importante, tienes derecho a sentirte bien por dentro y por fuera, por lo que si tú o alguien cercano a ti padece este problema, lo único que debes hacer es no rendirte y recordar que siempre hay una solución. 

Existen muchos profesionales que pueden ayudarte a resolver esta problemática, tales como  dermatólogos, endocrinólogos, psicólogos, etc. También existen personas que te pueden apoyar con sus experiencias, así como recursos que puedes adquirir para lograr la meta de tener un exterior y un interior limpios y agradables. 


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